Hoy no duelen los recuerdos, duelen las ausencias, las sonrisas huérfanas, las miradas sin cuencas, las tertulias sin vino y las caricias en los pies de las hojas secas.
Duele vivir sin sello en las cartas, sin libros dedicados, sin fotografÍas sepia, sin parches pegados de cariños; con las tardes vacÍas, con mañanas grises repletas de sol, con noches sin luna; duele el sabor sediento y rancio de la resaca.
Hay corazones que eternamente se buscan en la distancia, impulsados por la misma milagrosa fuerza que mantiene a los planetas flotando alrededor del sol, impidiendo que choquen y se fundan en uno; condenándolos a vivir unidos aunque separados, como por una especie de cadena invisible.
Esa misma fuerza me mantiene pegado a tí, sin poder alcanzarte, hasta el fin del tiempo.
Hoy no duelen los recuerdos, duelen las ausencias y las caricias en los pies de las hojas secas.